jueves, 2 de julio de 2009

“Mi corazón no está vacío”


El lugar era cálido, se podía respirar un apacible ambiente familiar, sin embargo no me lo había imaginado así. Ningún instrumento musical formaba parte de aquel lugar. Eran, aproximadamente, las tres de la tarde y por fin la encontré, no sabía cómo llamarla, porque estaba en duda de que fuese su nombre o apelativo.


Mientras nos saludamos, el grito de dos niñas se hacía escuchar, ella acompaña a sus hijas para ayudarlas con las matemáticas que las tienen como locas.

Cuando regresa más calmada, le pregunto si Toya era su nombre verdadero o artístico, ella con una sonrisa contesta que era por Victoria, su segundo nombre. En casa, desde bebé, la llamaron así, su familia es la responsable de que su nombre ahora tenga peso en el mundo de la cumbia, ya que posteriormente "Toya" se utilizó comercialmente.




Cecilia Victoria Escobar, a sus 36 años de edad y 16 años artísticos, asegura que su gusto por el arte viene desde cuando tenía cuatro años, siempre estaba ligada a él, desde los seis hasta los quince años perteneció al coro de la iglesia, estuvo en la banda de su colegio, en actuaciones musicales y perteneció al grupo de danzas de la Universidad Nacional de Trujillo.


Con muchas ganas de contarnos sobre su vida, Toya confiesa que también incursionó como locutora en FM 96, Frecuencia y La Caribeña.

Toya ingresó a la música de un modo casual, pero esa casualidad ahora se ha convertido en una parte importante de su vida.

Convertida en profesora de Educación Inicial, Toya apostó por lo que verdaderamente le apasiona, siendo ella y sus hermanas inclinadas a la música, pero fue la única en desarrollarla profesionalmente.
Toya, como solista, se inició en el grupo Huellas, donde cantaba las canciones de Tormenta y, poco a poco, se metió en la música tropical, con canciones de Carolina y las que en ese entonces estaban de moda como “Noches vacías”.

Los últimos cuatro años con Toya Banda Show, la acogida del público trujillano ha sido satisfactoria, puesto que de seis integrantes ahora se ha llegado a hacer un grupo de quince personas con proyección a más, y se siente feliz que la gente se identifique con sus canciones.



Toya descarta el rumor de que Toya Banda Show sea una de las orquestas trujillanas más caras, se esfuerza más por hacer un buen producto, ya que el objetivo es que la gente salga contenta.

Tras preguntarle qué fue lo que tuvo que sacrificar por su carrera, su timbre de voz cambia, la invade la nostalgia, ya que el tiempo con sus hijas se reduce cuando tiene presentaciones y previos ensayos. Toya asegura que si algo tuviera que volver a vivir, sería el gozar a plenitud de su embarazo, de las patadas en la barriga, las náuseas, el reposo después del parto y los momentos en los que sus dos hijas estaban pequeñas.


Aunque por ratos pensó dejar la música, afirma que aún tiene fuerzas para seguir adelante, y que sus dos hijas son el motor de su vida y también heredaron el amor por el arte, ya que las dos cantan, Daniela de nueve años tiene afición por la natación y Angie de siete años a la pintura. Toya se siente feliz, es separada de Iván Villacorta, integrante del grupo “Los Villacorta” y afirma que la relación con el padre de sus hijos es muy buena.



La envidia y la maldad que existe en la cumbia, que no debería existir, ha hecho pasar malos ratos a Toya, como haberse quedado sin presentación por caprichos de otra cantante y pleitos por temas cogidos sin su autorización. Ha tenido que pagar derecho de piso, pero el ser constante en su carrera musical ha hecho que aún siga vigente.

El proyecto que aún le falta concretar es el abrirse más al mercado limeño, actualmente cuenta con el apoyo de la radio Mega, pero todavía le faltan el resto de radios, llegar a Lima es muy difícil, ya que estando posicionada en la capital es más fácil llegar a todo el Perú.

Poco a poco Toya va entrando en confianza, es así que se anima a sacar fotos y mostrarlas, casi todas las fotos son de Daniela y Angie. Toya se emociona al mostrar fotos de sus hijas cuando eran apenas unas bebes, es sorprendente que hasta tenga fotos en pleno labor de parto.



Para Toya el haberse graduado como profesora y ser profesional le ha dado otro status en su vida, siente que hace lo que le gusta, no cambiaría nada en su vida, está contenta con lo que hasta ahora ha logrado.



La sencillez de Toya brinda comodidad, parece raro que una cantante tenga esa libertad de ser ella misma ante alguien que quiera saber detalles de su vida. Sus hijas se sientan con nosotras y muestran más fotos suyas, pero antes de despedirnos, Toya mira a sus hijas y responde a una pregunta que le había hecho minutos antes. “Mi corazón no está vació”, a lo que repliqué diciendo ¿cómo? “No está vació, porque mis dos hijas llenan mi corazón completamente y soy feliz”, responde con seguridad.

Con una sonrisa, una cálida despedida y muchos besos de Daniela y Angie, dejamos el hogar de Toya, caminamos hasta la avenida y al subir al micro, suena en la radio la canción “Jamás”, de Toya Banda Show.

Véase más:
http://www.toyabandashowperu.com/

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